Inconclusa.

Cómo saber sí llegaste y te fuiste, sí acaso pasaste desapercibido ante mis ojos, sí entre mi oscuridad te perdiste, sí también arrastras la noche contigo, sí al igual que yo no tienes luna que ilumine tus senderos, y te perdiste en uno de ellos... Cómo saber sí eres tú cuando toquen la puerta, son tan inseguras estas calles que no suelo abrirle a cualquiera.

Perdida en la melancolía

Entre la soledad y el silencio, entre penas del alma que desgarran mis pensamientos, entre lo que soy y nunca he sido, entre tú y la distancia... ahí entre tantas cosas estoy Yo, buscando saber quien soy y a que he venido, ha sufrir por el amor o por el lamento de no conocerlo... es verdad que el sufrimiento es elección, pero cómo le hacemos los melancólicos, cuando es el sufrimiento que le da sentido a nuestra existencia, masoquistas muchos nos dirán. Yo sólo diré que los golpes me los he dado yo misma.

El único hogar, la mente.

Prendo una vela en este cuarto oscuro y vacío, detallo las paredes y están intactas, aquí sólo hay polvo y telarañas, deseos reprimidos, espíritus, esperanzas muertas del corazón... Una niña llora en un rincón, me parece conocida, pero no logro distinguirla, tanto he perdido de mí, tanto he ganado del tiempo. Hace frío aquí dentro, ese frío que anuncia soledad, aquel que no se cubre con cualquier abrigo. Y aunque quiera salir de ahí, aunque lo logre hacer, siempre volveré... volveré, porque es mi hogar.
Buscaré unas pinturas, decoraré las paredes pálidas, les pondré color pero sin retratos, ya hay mucho pasado allí dentro. Reconstruiré mis pensamientos, acondicionaré mi memoria, le haré un abrigo a mi corazón, tal vez de retazos de amor que una se consigue por el camino, no será suficiente, lo sé, pero de algo servirá. Improvisaré mi felicidad, improvisaré mi hogar, y lo mejor, lo haré a mi gusto, a mi manera.

Bebida de esperanzas

Descorchame el alma, devuelve la vida a mi cuerpo, deja que me embriague los sentidos. Solo sabre beber de mí, sí estás conmigo. Cuando intento hacerlo sola, mi sabor resulta amargo, agrio... igual bebo, pero a los minutos estoy sobre un charco de lagrimas, de penas y pesares, de recuerdos donde no estás. Pues para mi mente eres incierto, para mi alma lo conveniente. Mi imaginación es una arquitecta muy exigente, por eso la razón la llama estúpida, pero yo tengo la fe que un día ella le haga ver a la razón que sus obras no sólo son fantasías, y ese día por fin conocerte.

Anhelos

¿Cómo sería sí al tomar un sueño profundo tu alma despierta se transportara hasta la persona que amas? de tal manera el cuerpo quedaría junto a la razón y el alma junto al corazón. Los amantes se complicarían menos... Ese amor escondido no tendría temor a ser descubierto, porque las huellas que deja el alma no son visibles, sólo quien las siente llega a saber que están ahí.

Luna, tal vez has venido a devolverme los sueños que un día el sol se llevo.

Esta luna no era como cualquiera, quizás fue la noche quien cambio su color, así como el ser cambia según la oscuridad de su alma. Tan sonrojada, que me hizo intimidar, me mantuvo en vilo, me hechizo con su brillo.

Igual, sinónimo de cobardía

Todo sigue como antes, uno que otros cambios insignificantes, que dan igual, pues sigo siendo la misma cobarde, aquella que ha apostado a la seguridad... Que idiota, si lo único seguro en esta vida es la muerte. Tal vez le tema a la vida, y por temor a poner un pie en falso, me voy por lo seguro, lo antes mencionado.

Lunática

Te ves tan sola aun estando acompañada, estás en la infinidad, allí en un espacio del universo, siendo ante la humanidad la reina de la oscuridad, la fuerza que invita a pecar. Tu brillo hipnotiza las almas y deja despiertos los cuerpos, deseosos salen a dar vueltas por la ciudad en busca de lo incierto, de caricias que erizan la piel, pero que no alcanzan el alma. De que vale salir esta noche, si lo mas seguro, es que no lo encuentre. Soy parte de ti, una lunática, intentando encontrar el Sol bajo tu luz de luna llena.