Alzaré el vuelo entre tus pupilas.

Vi como las aves volaban, habían de todas las especies, eran felices, eran libres... las vi cuando a los ojos te miré. Son tus ojos el cielo y el mar, son el horizonte que un corazón libre desearía seguir... Tan sólo quisiera, por lo menos, ser como alguna de las aves que vi entre el cielo de tus pupilas, no importa si he de volar en otro cielo que no sean tus ojos, lo importante es ser libre y aprender a usar mis alas, para ir en busca de lo que quiero o saber alejarme de lo que no me conviene. Déjame ser tu discípulo, enséñame a volar.

Adorna mi noche.

Yo estaré aquí en el umbral del silencio como siempre callando mi alma, regando las pasiones con mis lágrimas... Estaré aquí sin quitar la vista hacia el horizonte, esperando que algún día cuando el sol de su retirada, a la par vengas tú personalmente a entregarme la luna que he esperado ansiosa para adornar mi noche y tener como alumbrar los caminos que propone mi alma.