No, las flores nunca están intactas, las flores se dejan llevar por la brisa de lado a lado, y las espinas también, danzan a su ritmo, danzan sin presión ante la vista de quienes las ven... las flores y las espinas son una sola, porque siempre habrá algo de que protegerse, y no es secreto para nadie que la humanidad en una mal intencionada acción les quita el aire de un solo jalón, las meten en agua dentro de un cilindro de vidrio sin su consentimiento, quien les ha dicho que ellas son felices así.
De pronto me pongo a revisar la caja de mis recuerdos, a hurgar entre las fotografías que guardo en mi memoria, para ver qué tan negra está el agua. No es fácil tomar la decisión de ponerse a recordar, de arrastrar a la realidad esos momentos que un día dejaste atrás, como tampoco, recordar aquellas promesas que te hiciste y nunca cumpliste, a ese futuro incierto que ahora es un presente inquieto, que busca más, que tiene sed, porque llegas a pensar que tu tiempo se agotará, y para entonces ya será tarde.
